Con niños pequeños, ¡es difícil programar!
Por Lenka Kegevic
Con una guagua, las cosas no siempre (o casi nunca, para ser honestos) resultan como lo planificamos.
Imaginemos la siguiente escena: Tenemos un bebé de pocos meses. Pueden visualizarlo? Las que lo tienen no necesitan imaginarlo, lo viven día a día. Pero las que tenemos hijos mas grande tendremos que intentar recordar.
Tenemos planificado actividades, de cualquier tipo. Terminamos de armar el bolso, ese bolso gigante con el que salimos cada vez que cerramos la puerta de la casa, en especial cuando se trata de la primera guagua, y en el que metemos la vida entera aunque la salida sea de 1 hora (por si hace frío, por si hace calor, por si tiene hambre, por si tiene sed, por si le da sueño, por si se hace, por si se hace de nuevo, por si vomita, por si se aburre, por si llueve (en enero), y así….).
Entonces, malos olores… hay que mudar…lo hacemos… pero ahora parece que tiene hambre. Ok. Lo alimentamos. Y bueno, la consecuencia lógica de la naturaleza digestiva es que hay que volver a cambiar el pañal que le pusimos hace menos de 30 minutos. Pero esta vez es con escándalo: hay que cambiar pañal, pilucho, patitas, polera, pantalones… y toda esa cantidad de ropa que le ponemos a la primera guagua (ciertamente otro tema es el sobre abrigo, del que me confieso esclava). Pero esta vez no sólo hay que mudar Y cambiar de ropa, si no que además hay que bañarlo porque las consecuencias naturales de la alimentación le llegaron hasta las orejas. Con todo lo que implica bañar el poto, y todo lo que la rodea, de un bebé pequeño, especialmente cuando es la primera guagua!
Bien, ahora a secar y vestir… ¿ahora si lograremos salir? Parece que si… y ¿vamos de acuerdo a lo que teníamos planificado? mmmm…. si… con 1,5 hora de atraso!
Alguien se siente identificada?
Bueno! así es, y va a ser por un rato, el calendario de una mamá. Y el que nos espera con horario, deberá entenderlo.
Lenka Kegevic
Psicóloga Educacional UC