Una vuelta de tuerca a la hora del caos

Por Lenka Kegevic

Hoy estaba acompañando a mis hijos en el proceso de quedarse dormidos. El mayor daba y daba vueltas en la cama y a ratos decía “ay! Por qué no me puedo dormir!”

Después de un rato, me fui a recostar a su lado. Pasaron 5 minutos y después de darme la mano, se durmió. Muy tranquilo. Pero yo mientras estaba, no estaba, estaba en el teléfono. Perdí la oportunidad de olerlo y sentirlo hoy. Mientras él, con sólo sentirme cerquita, se durmió (eso quiero pensar).

Luego el menor pidió brazos. Lo levanté, esta vez dejando el teléfono al lado (sea porque necesitaba las dos manos o porque había aprendido de la experiencia anterior). Lo abracé, apreté, besuqueé, olí y disfruté. Al rato lo devolví a su cama y me vine dejándolo aún despierto. Con la espalda adolorida pero el corazón llenito.

Esta hora del día puede ser la hora del caos, la hora del terror y al mismo tiempo, de los minutos más lindos de tu vida.

Lenka Kegevic

Psicóloga Educacional UC