Me imagino… yo también
Por Lenka Kegevic
Me imagino que echas de menos dormir más. Yo también!
Me imagino que te encantaría que los juguetes se ordenaran solos. O que tus hijos los ordenaras sin que tú tuvieras que intervenir! A mí también.
Me imagino que a veces te dan ganas de salir de improviso a tomar algo con tus amigos sin tener que planificar tanto. A mí también.
Me imagino que te gustaría poder poner tu cerebro en reposo y no tener que preocuparte de nada y si no quieres levantarte, no hacerlo. Si no quieres vestirte, no hacerlo. Si no quieres almorzar, no hacerlo. A mí también.
¿Pero sabes? Ya habrás escuchado que todo este cambio de prioridades vale la pena. Que una sonrisa, un te quiero, un abrazo, una mirada, lo pagan todo.
También hay otra cosa, que quizás también has escuchado, pero que nadie lo asimila hasta que pasa: esta etapa es más corta de lo que nos imaginamos.
Siento que no me voy a dar cuenta cuando va a llegar el día en que voy a poder salir, en que no voy a tener que ordenar tanto, en que quizás no me tenga que preocupar del almuerzo de todos, o que podré dormir una buena siesta. Y que cuando llegue ese día, voy a echar mucho de menos los días en los que tenía que hacer todas estas cosas.
Quizás me voy a arrepentir de haberme quejado tanto. De no haber disfrutado más incluso los momentos no tan buenos. De no haber aprovechado más cada segundo con mis hijos chicos.
Porque si hay algo que creo que aunque se repite mucho, no deja de ser cierto y hay que escuchar, es que crecen muy rápido. Mucho más rápido de lo que me estoy dando cuenta. De lo que soy capaz de asimilar. Y quizás, de lo que me gusta.
Así como el olor a guagua se pierde para no volver en un abrir y cerrar de ojos, lo mismo ocurrirá con esta época en que uno lo es todo para ellos. Aprovecha de serlo. Ya habrá tiempo para el resto.
Lenka Kegevic
Psicóloga Educacional UC