Potenciemos la creatividad

Por Lenka Kegevic

Siempre dejar espacio para la #CREATIVIDAD

Hola comunidad Criando Positivo, esta semana nos dedicaremos al tema de la exploración en los niños de manera de fomentar que sus voces crezcan independientes y seguras.

Lo primero: siempre dejar espacio para la ‪#‎CREATIVIDAD:

– Las personas somos creativas por naturaleza, si como adultos cultivamos este tipo de actividades, seremos un ejemplo para nuestros hijos de que son importantes y que vale la pena invertir tiempo en ellas. ¿qué te gusta: la danza, pintar, dibujar, escribir, cocinar, tejer, bordar, teatro? hay muchas alternativas…

– Tener espacio, tiempo y materiales disponibles para la creatividad para que nuestros hijos realicen juegos de exploración no estructurados: greda, papeles, plasticina, palos de helado, pegamento, telas, lanas, bloques de madera. Se puede considerar elementos naturales como semillas, hojas, piedras, etc. Las alternativas son muchas y no cuestan… a jugar entonces!
 Igual de importante es crear un ambiente seguro para que se sientan libres de preguntar, que tengan CONFIANZA en nosotros, esto significa que no los juzgaremos y que valoramos sus intentos, equivocaciones y logros.

Basado en el libro “Tinkerlab, a hands-on guide for little inventors”, por Rachelle Doorley, 2014.

La exploración y los niños, una forma natural de aprendizaje. ¿Cómo fomentarla?

Hoy compartiremos una columna dedicada al tema de la exploración en los niños de manera de fomentar que sus voces crezcan independientes y seguras. Para esto, nos basamos en el libro “Tinkerlab, a hands-on guide for little inventors”, por Rachelle Doorley, 2014.

Para esto, revisaremos 10 reglas que nos ayudarán en este propósito.
Lo primero: siempre dejar espacio para la CREATIVIDAD

– Las personas somos creativas por naturaleza, si como adultos cultivamos este tipo de actividades, seremos un ejemplo para nuestros hijos de que son importantes y que vale la pena invertir tiempo en ellas. ¿Qué te gusta: la danza, pintar, dibujar, escribir, cocinar, tejer, bordar, teatro? hay muchas alternativas…
– Tener espacio, tiempo y materiales disponibles para la creatividad para que nuestros hijos realicen juegos de exploración no estructurados: greda, papeles, plasticina, palos de helado, pegamento, telas, lanas, bloques de madera. Se puede considerar elementos naturales como semillas, hojas, piedras, etc. Las alternativas son muchas y no cuestan… ¡a jugar entonces!

Segundo: Es importante crear un ambiente en el que los niños se sientan seguros y libres para preguntar, que tengan CONFIANZA en nosotros, esto significa que no los juzgaremos y que valoramos sus intentos, equivocaciones y logros.

Tercero: VE LOS ERRORES COMO REGALOS:
Nadie quiere ver a sus hijos fracasar, pero pequeños fracasos pueden ser instructivos y ayudan como herramientas de aprendizaje sobre cómo funciona el mundo, al mismo tiempo que a mejorar. Nos guste o no, la vida está llena de fracasos: cumpleaños a los que no fuimos, queques que no subieron, parachoques abollados, rodillas con heridas, dibujos fuera del margen, etc. Y si bien no podemos controlar los errores, podemos controlar lo que pensamos de ellos. El fracaso evidentemente no es nuestra meta, pero sí lo son el crecimiento y aprendizaje, y cuando avanzamos hacia éstos, nos encontramos con fracasos que pueden convertirse en oportunidades de aprendizaje. Los niños son más propensos a pensar creativamente si ven los errores como barreras superables.
Cuando el niño tiene problemas en superar la desilusión ante una adversidad, intenta preguntarle “¿qué podemos hacer para cambiar este resultado?”, o “¿Cómo puedes hacerlo la próxima vez para que resulta diferente?”.

Cuarto: … Notar los DETALLES
¿ves cómo ha cambiado el color de las hojas?
¿Cuántos tipos de pájaros ves en la plaza?
Mira la luna, ¿te acuerdas cómo estaba ayer?
Escucha la guitarra en esa canción, ¿ves cómo suena?
Para notar los detalles, hay que estar atento, y conectarse con la habilidad de maravillarse… central para una mentalidad curiosa.

Quinto: ACEPTA UN BUEN DESORDEN:
¿Quién no disfruta un espacio limpio y se siente superado cuando el desorden se escapa de las manos?. A la mayoría nos pasa! No es tanto el desorden a lo que le tememos, sino al tiempo que implica limpiar cuando se acaba la diversión. Cuando tengamos que enfrentarnos a dar permisos para hacer desorden, intentemos ignorar la voz que lo quiere prohibir, y pensemos que nuestros hijos están testeando sus ideas y siguiendo su curiosidad.
Se puede limitar el desastre poniendo límites razonables a la experiencia, pero también ayuda si simplemente permites que el desorden ocurra. La próxima vez que tu hijo quiera pintar, o quiera dar vuelta un paquete de algodón en el suelo, dale espacio para hacerlo (o llévalo afuera). Puede que tengas que enfrentar un desorden pero los beneficios creativos superarán con creces el inconveniente temporal. EL DESORDEN VA Y VIENE, PERO EL PENSAMIENTO CREATIVO PUEDE SER PARA SIEMPRE.

Sexto: PIENSA EN TODO COMO UN EXPERIMENTO:
Pensemos en los pasos del método científico: hacer una pregunta (por ejemplo, qué pasa si me paro en la mitad de la cama y me dejo caer); conducir el experimento (dejarme caer); y analizar los resultados (aterricé sano y salvo) para hacer un descubrimiento.
Cualquier cosa puede ser un experimento y podemos escuchar las preguntas y observaciones que pueden llevar a estas pruebas de curiosidad.

Deambular por el sol puede llevar a dibujar sombras; una fascinación con rimar palabras puede llevar a inventar una canción. Preguntas sobre las arañas puede llevar a cazar telas de araña, dibujar arañas, y leer libros sobre ellas. Una cosa lleva a la otra y nuevas preguntas de seguro emergerán de cada ronda de descubrimientos y experimentación.
El hábito de la experimentación es bueno por varias razones. Los experimentos les enseñan a los niños que hay múltiples formas de aproximarse a un problema. Cuando los niños resuelven los problemas diseñados por ellos, aprenden a pensar por sí mismos. Los experimentos nos recuerdan a los padres que también somos aprendices que no siempre tenemos todas las respuestas. El espíritu de la experimentación, exploración, y empujar los límites es la base del pensamiento innovador.
Intentemos estas cosas, pero recordemos que a veces las cosas no salen tan bien. Y está bien, es parte del proceso, ya que la creatividad es un experimento tanto para nosotros como para nuestros niños. Y que mejor forma de modelar un espíritu investigativo y experimentador a nuestros niños que descubriéndolo juntos.

Séptimo: El ABURRIMIENTO:

“La cura para el aburrimiento es la curiosidad. No hay una cura para la curiosidad”. (Anónimo).

El aburrimiento es impresionante. No en sí mismo, pero si adonde puede llevar. Los primeros momentos pueden ser incómodos, o parecer interminables, pero mientras avanzamos a través de éste, debemos enfrentar nuestras ideas, pasiones, intereses, y curiosidad.
Cuando ves a un niño que ha sobrepasado el aburrimiento, quizás lo veas leyendo, cantando, haciendo cosas manuales, inventando historias con pequeñas figuras o construyendo pequeñas ciudades. Cuando los niños digan que están aburridos, digámosle que encuentren algo para hacer, no debemos estar entreteniéndolos de manera permanente, y es muy posible que inventen cosas asombrosas que los ayudarán a construir conexiones entre pensamientos disparatados y su mente en crecimiento.
Los niños necesitan tiempo libre para seguir su curiosidad: para imaginar, construir, experimentar, explorar. Puede ser una hora después de almuerzo, o tiempo especial para juego imaginativo cada fin de semana. La idea es que los niños enfrenten el aburrimiento y le ganen. Esto puede parecer obvio para nosotros, pero es importante señalarlo porque muchos niños viven vidas altamente estructuradas, corriendo del colegio a deportes, o a practicar algún instrumento, o clases de baile.
Miren sus calendarios y asegúrense de que haya suficiente tiempo para hacer “nada”. Cuando los niños no tienen nada que hacer, tienen que enfrentar sus propias ideas.

Octavo: PASA TIEMPO AL AIRE LIBRE
Ser activos y pasar tiempo al aire libre son partes importantes de nuestra vida, pero no parece ser la forma más obvia de apoyar el crecimiento creativo. La naturaleza provee a los niños experiencias sensoriales y mayor conciencia personal que no pueden conseguir puertas adentro. Las sorpresas que ofrece la naturaleza están llenas de oportunidades para pensar de nuevas maneras: un charco dejado por la lluvia, huellas de animales en un camino, un árbol perfecto para escalar, el color del pasto en las diferentes épocas del año, el olor de la lluvia, etc. Estos momentos pueden abrir la mente de los niños para hacer nuevas conexiones y mirar el mundo con nuevos ojos.

Noveno: El valor de las PREGUNTAS ABIERTAS
Cuando nuestros hijos/hijas expresan una opinión como: “no me gusta este autito”, se puede preguntar de vuelta de manera de razonar alternativas y profundizar la reflexión algo como: “¿qué es lo que no te gusta de cómo funciona el auto? O ¿qué crees que se puede hacer para que funcione mejor?”. Estas son preguntas abiertas, que no se responden con un sí o un no, sino que requieren elaboración o expresión de un punto de vista. Este tipo de preguntas además les demuestran que nos interesa lo que piensan.

También se pueden formular otros tipos de preguntas para profundizar reflexiones:
* De conocimientos: “qué sabes sobre… los árboles?”.
* De observación: “me he dado cuenta que… mezclas las pinturas”.
* De reflexión: “cuéntame más de… esta forma morada en la esquina de tu dibujo”, “ cómo hiciste para… conectar esas piezas”

Décimo: ESCUCHA ACTIVA
No es solo escuchar, es hacerlo activamente y esto implica un esfuerzo por entender lo que el comunicante está tratando de comunicar, respetando el punto de vista del niño, haciendo contacto visual, parafraseando lo que se entiende (esta es una oportunidad de enriquecer el vocabulario!). Los beneficios que este tipo de escucha trae a la relación entre padres y niños superan con creces solo el fomento de la exploración.
Ejemplos podrían ser:
– Si el niño o niña dice “mira!, está lloviendo”, el que escucha activamente podría decir “¿no es impresionante?, ¡hace un momento había sol y ahora todo está mojado!”.
– Si dice “mmmm, me encanta la pizza”, desde la escucha activa podría decir “ya que te gusta tanto la pizza. Vamos a comer de nuevo la próxima semana”.
– Si él dice “Mira lo que pinté”, podemos decir “veo que mezclaste el rojo y amarillo y formaste el naranjo!”.

Lenka Kegevic

Psicóloga Educacional UC